Nº 30
Al final han pasado los Reyes Magos antes de que se anunciara en La Tienda la Narrativa Completa de Valle-Inclán, un pack hermoso de dos volúmenes y un total de diecinueve obras que cuesta sesenta euros y edita Espasa, en su colección de clásicos. Seguro que ahora todo el mundo quiere uno. Para que nadie se engañe voy adelantando que tengo uno para todos aunque quizá pudiera conseguir más. Eso sí: no se me apelotonen, que me agobio. Copio el comienzo de las memorias del marqués de Bradomín, SONATAS:
SONATA DE PRIMAVERA
MEMORIAS DEL MARQUÉS DE BRADOMÍN
Anochecía cuando la silla de la posta traspuso la Puerta Salaria y comenzamos a cruzar la campiña llena de misterio y de rumores lejanos. Era la campiña clásica de las vides y de los olivos, con sus acueductos ruinosos, y sus colinas que tienen la graciosa ondulación de los senos femeninos. La silla de posta caminaba por una vieja calzada: las mulas del tiro sacudían pesadamente las colleras, y el golpe alegre y desigual de los cascabeles despertaba un eco en los floridos olivares. Antiguos sepulcros orillaban el camino y mustios cipreses dejaban caer sobre ellos una sombra venerable. La silla de posta seguía siempre la vieja calzada, y mis ojos fatigados de mirar en la noche, se cerraban con sueño. Al fin quedéme dormido, y no desperté hasta cerca del amanecer, cuando la luna, ya muy pálida, se desvanecía en el cielo. Poco después, todavía entumecido por la quietud y el frío de la noche, comencé a oír el canto de madrugadores gallos, y el murmullo bullente de un arroyo que parecía despertarse con el sol. A lo lejos, almenados muros se destacaban negros y sombríos sobre celajes de frío azul. Era la vieja, la noble, la piadosa ciudad de Ligura.
Entramos por la Puerta Lorenciana. La silla de posta camiiaba lentamente, y el cascabeleo de las mulas hallaba un eco burlón, casi sacrílego, en las calles desiertas donde crecía la yerba. Tres viejas, que parecían tres sombras, esperaban acurrucadas a la puerta de una iglesia todavía cerrada, pero otras (...)
No he leído nada de Espido Freire, pero tengo de la mano, perteneciente a la editorial Páginas de Espuma, una colección de microrrelatos que me interesa. Se llama CUENTOS MALVADOS. Ya saben que Espido Freire es escritora de Bilbao bien conocida por el público general gracias a obras como MELOCOTONES HELADOS (Planeta del noventainueve) o EL TIEMPO QUE HUYE. De esta obra que ahora tengo entre las manos he leído alguno de sus micros y me han parecido interesantes. 142 páginas, y allá va el primero:
1.
Entonces se deshizo de las ligaduras de los loqueros, se deslizó y cruzó los muros por el sólo poder de su voluntad, que era más fuerte, más sombría que cualquier edificio que estorbara su camino hacia el estanque, hacia el agua, hacia el final.
A Gemma Lienas, sin embargo, no la conozco de nada, pero tengo pensado dar una vuelta por su blog en cuanto termine esta entrada. Colaboradora habitual de diversos medios de comunicación ANOCHE SOÑÉ CONTIGO es el título de su última novela: historias paralelas de mujeres soñadoras con una inquietud común: la posibilidad de ser engañadas por sus parejas. Es así como inician sus respectivas investigaciones detectivescas, algo obsesivas y, según pinta, bastante imaginativas. Publica El Aleph Editores. 556 páginas. 23 €. Primera página:
Me resulta insoportable despertar con la emoción que él me provoca y no conservar, en cambio, ni el más pequeño recuerdo de su identidad. ¿Tú te lo explicas? Todos los detalles quedan en la memoria de mi cuerpo, excepto su rostro o su nombre. Puedo notar su mirada traspasando mis pupilas hasta hundirse en mi interior. Sé hasta qué extremo sus ojos me turban: al principio aguanto el reto pero, de pronto, trastabilleo y ya no hago pie. La profundidad de esa mirada no se me olvida, aunque no pueda identificar el color de sus ojos. ¿Qué más puedo decirte? ¿Que conozco la suavidad de sus cabellos? ¿Que mis labios guardan su sabor? Sería capaz de describirte tantas sensaciones... Y, sin embargo, no sé quién es.
Pero imagino que debe de ser alguien a quien conozco bien, ¿no crees? ¿Cómo, si no, podría penetrar en mi sueño para clavarse en cada pedacito de mi piel? ¿Pero quién es? ¿Quién es ese hombre que, a pesar de no dar la cara, se hace con mi cuerpo y lo doma a su aire hasta dejarlo cercano a la apoteosis final?... Eso me gustaría saber a mí: ¿qué ocurriría si no despertase justo antes del último estallido, justo antes de gritar, ¡Evohé, evohé!... Deberías leer a Cortázar. Rayuela, capítulo sesenta y ocho. Ese fragmento de la novela -no más allá de veintiuna líneas- empieza igual que lo hace el desconocido de mi sueño. Así: apenas él le amalaba el noe- (...)
Pero imagino que debe de ser alguien a quien conozco bien, ¿no crees? ¿Cómo, si no, podría penetrar en mi sueño para clavarse en cada pedacito de mi piel? ¿Pero quién es? ¿Quién es ese hombre que, a pesar de no dar la cara, se hace con mi cuerpo y lo doma a su aire hasta dejarlo cercano a la apoteosis final?... Eso me gustaría saber a mí: ¿qué ocurriría si no despertase justo antes del último estallido, justo antes de gritar, ¡Evohé, evohé!... Deberías leer a Cortázar. Rayuela, capítulo sesenta y ocho. Ese fragmento de la novela -no más allá de veintiuna líneas- empieza igual que lo hace el desconocido de mi sueño. Así: apenas él le amalaba el noe- (...)
No es difícil acertar con cual me quedo. Muy buena idea esa de mostrar la primera página del libro.La primera página de una novela (no digamos nada de la primera frase de un relato corto) es fundamental para ganarse al lector. Así, por ejemplo, sé que no voy a leer la novela de Gemma Lienas.
ResponderEliminarPor cierto, tu blog rejuvenece por momentos, tiene buen aspecto.
Saludos.
Yo a Gemma Lienas la conozco por su Diario rojo de Carlota, un libro sobre y para adolescentes que están descubriendo la sexualidad. Llegó a mis manos por casualidad y lo leí hace tres años años, y la verdad es que me gustó, aunque yo entonces ya había dejado de ser adolescente. Un saludo.
ResponderEliminarPero que profundo eres, Peri ! A mi esta selección me da dolor de cabeza... :-))
ResponderEliminarBlanca
PD. Por lo menos puedes ver que estoy atenta a tus entradas, eh.
Hola, Arrecogiendo. Gracias por lo del aspecto del blog. Estoy de acuerdo también con la idea de que la primera página de un libro da buenas pistas.
ResponderEliminarHola, Goizeder. Me suena mucho lo del DIARIO DE CARLOTA, seguramente ha ocupado alguna estantería por algún tiempo en la tienda. Gracias por la visita. También vi tu comentario en BAILE DEL SOL.
Blanca, me alegra mucho que estés tan atenta a este espacio (y al otro). Siempre es un placer tenerte cerca. Cuídate el dolor de cabeza y recomiéndanos algún libro. Que no sea el Follet, por favor.
Ja, ja, ja... Aún no he leído el último de tu amigo Follet, así que no puedo recomendarlo, ni si ni no ;-)) Pero sí puedo dar otros títulos que me engancharon, aunque no te olvides que todo es cuestión de gustos :
ResponderEliminarLibros de viajes, como los diarios de Alexandra David-Neel y otros escritos suyos, y su biografía escrita por Jean Chalon (primera mujer en entrar y viajar por el Tibet).
"En el reino de las mujeres" de Irene Frain cuyo extraordinario personaje coincide con Alexandra en Asia (existe en Español, lo he comprobado).
"La reina del desierto" de Janet Wallach, cuya protagonista fué consejera de Lawrence de Arabia.
"El leopardo de las nieves" de Peter Matthiessen, tmb por el Tibet.
"Las hermanas Mitford" de Annick Le Floc'Hmoan, cuyas trayectorias tan dsipares (desde amiga de Hitler una, a comunista en EE.UU. otra, y son seis) son fascinantes.
Y, para realismo puro, crudo y duro, "Los hundidos" de Daniel Mendelshohn que te encargué y me llevé, te acuerdas ?
En fin, que sin olvidar a mi adorada Isabel Allende, ahí tienes una lista para empezar :-)))
Blanca
Muchas gracias, Blanca, por la lista. Me consta que eres una lectora interesante, e incluso una buena persona, aunque me llames profundo y aún cosas peores.
ResponderEliminarQue conste que no tengo nada contra Follet ni contra el resto de novelistas históricos de cada, turno y hora, es sólo que no llaman mi atención ni aunque me obliguen. En contra de que me obliguen sí que tengo bastantes cosas.