He estado pensando. Cómo deben hacerse las críticas. De qué va esto. Y he resuelto: se trata de ofrecer una opinión, una opinión que sirva. El lector que se acerca a cualquier medio físico o virtual que haga reseñas o críticas de obras literarias debe conocer la línea argumentativa habitual de quien reseña si es que quiere que dicha reseña le sirva. Sólo así se podrán sacar conclusiones válidas de ella, y esto va más allá de si se está o no de acuerdo con lo que la reseña diga. Subjetividad. Creatividad. Desde que nos desperezamos cada mañana. Quién pretende ser objetivo. A lo más que puede aspirar el opinante honesto es a ser imparcial. Por aquí lo tenemos claro. Que nadie se deje engatusar, que nadie se sienta agraviado: pongan en cuestión cuanto se diga. Dijo el oráculo: atrévete a pensar.
Peri Lope, me ha encantado su reflexión sobre la crítica. Para mí, un ejemplo de crítica es la célebre sentencia de Rossetti sobre Cumbres Borrascosas de Emily Brontë: "La acción transcurre en el infierno, pero los lugares, no sé por qué, tienen nombres ingleses". Este estilo, limpio y sencillo, de crítica no es precisamente el que se estila hoy.
ResponderEliminarTuve un profe de literatura que se empeñaba en ensalzar a Lorca y a desprestigiar con saña a Machado. Y tuve problemas con el porque le dije que no tenía ningún derecho a imprimir en mentes aún maleables su propia opinión... No es tu caso : puedes decir lo que quieras, y los demás, como huéspedes de esta tu casa, podremos cuestionar, amablemente siempre, tus criterios. ¿O no? Y a mi me gusta leerte :-)
ResponderEliminarUn cordial saludo. Blanca G.L.
Hola.
ResponderEliminarBueno, Niño pedante, me parece que has puesto un ejemplo fantástico de ¿sentencia?. Es verdad que ahora se estila más la crítica pretenciosa. A menudo se reseña como si se tratara de fallar judicialmente, de sentenciar. Gracias por el apunte.
Hola, Blanca, ya visité tu güé. ¿Te dije que me gustaron los macros? (sobre todo) Creo que sí. Ya sabes que por aquí puedes incluso alabar a Molière, que lo que más me gusta es la polémica, siempre y cuando sea divertida: Lorca me gusta mucho y Machado no me llama la atención, así que no lo conozco. Aupa tu profe.
Hola, Lope
ResponderEliminarMe permito ponerte un link de Sigueleyendo, porque en nuestro comienzos publiqué un artículo de Jorge de Cominges que me pareció muy interesante:
http://www.sigueleyendo.es/criticos-acriticos/
Besazo!
C.
Bueno, Cristina, mi opinión es que firmar bajo seudónimo con el fin de hacer críticas malévolas es deshonesto. En ese sentido estoy de acuerdo con el artículo de Cominges. Su problema es que en él se mezcla la idea de crítica negativa y de crítica malévola.
ResponderEliminarSinceramente no me parece que tenga nada de malo firmar críticas negativas desde el seudónimo aunque, en la línea de la entrada que he hecho, la careta ha de tener cierta personalidad (preferencias, prejuicios, pretensiones y otros pres). Nada aportaría a la comunidad literaria el autor que firma con seudónimos distintos u ocasionales salvo desorientar a los lectores, porque muchas veces el gran problema es saber cuándo las críticas son malévolas y cuando, simplemente, negativas. Cuándo positivas y cuándo, más bien, complacientes. Es decir: cuándo honestas y cuándo no: interesadas.
Gracias por la visita.
Pues yo pensaba que crítico es aquel que tiene que demostrar lo listo que es y lo encantado que está de conocerse y eso casi siempre se consigue mostrando una insatisfacción permanente. ¿O esa era la definición de prologuista? Ya no me acuerdo.
ResponderEliminarQué va, Impenitente, crítico es el que está en las últimas y ya sólo le quedan dos opciones:
ResponderEliminara)Acabar con todo lo que se menea hasta quedar solo para que, por fin, publiquen su novela.
b)Llamar la atención de los demás con para que algún editor se fije en su prosa y pueda, por fin, publicar su novela.
Qué tal me he expresado.
Vale: pondré a punto la pistola.
¿Qué tal llevas tu novela?
ResponderEliminarMejor sable y a primera sangre. Queda más sofisticado.
Y te has expresado muy bien.
¿Novela? Si algún día tengo algo que ofrecer al mundo serás de los primeros en saberlo, Impenitente.
ResponderEliminarHe pensado en la posibilidad de no afilar el sable, ¿sabes? Siempre me ha dado la impresión de que los cuchillos sin afilar duelen más. Bueno, y si son romos ya demasiado: ¡El daño que tiene que hacer un cuchillo romo al clavarse!
(Al final me meto en un lío con tanta chorrada. Menos mal que ni dudo ni soy)
Tampoco se puede aspirar a la creación pura a través de la crítica. Ésta es la hermana bastarda del arte. Para ser un crítico de la originalidad y creatividad que comentas supongo que hay que ser más artista que erudito. ¿Hacia dónde debe ir la crítica, pues? No sé pero hasta ahora ha sido un buen refugio para el escritor frustrado.
ResponderEliminarLa frase de Rossetti, Niño, es arte en sí misma, no es crítica. No todos estamos a esa altura
Se me olvidaba. Yo también me he planteado esta cuestión, Peri. ¿Para qué una reseña literaria? ¿Para descifrar, para lucirse, para comunicarse o para entender algo? ¿Para qué un blog de reseñas? Como no he llegado a una conclusión satisfactoria, he dejado de reseñar. Hasta nueva motivación
ResponderEliminarHola, Ehrengard.
ResponderEliminarQuizá la crítica no pueda (ni deba) aspirar a la creación pura. Lo que digo es que debería sacudirse la necesidad de ser puramente objetiva, es una pretensión absurda.
En cuanto al para qué de las reseñas. Yo lo tengo claro. Esto es una librería que gestionará la compra venta de libros en los próximos meses en la red. De hecho ya debería estar andando. Pero bueno, empiezo por los cimientos: no quiero una librería web con reseñas de solapa.
Un saludo.