miércoles, 24 de agosto de 2011

CUENTOS de Fogwill, I.

Título, Cuentos completos.
Autor, Rodolfo Fogwill.

Editorial, Alfaguara, 2011


460 páginas.
Pvp, 20 €.

Casi no recuerdo cuando empecé este libro que reúne todos los cuentos del argentino Rodolfo Fogwill (Buenos Aires, 1941-2010) pero hace tiempo, quizá un par de meses o algo más. Me lo he tomado con calma porque me cae mal empezar una historia inmediatamente después de otra (manías que tiene uno) y a menudo he dejado uno o dos días entre cuento y cuento. Vaya, que he tratada de saborearlo despacito y aún me he quedado con ganas, así que volveré a empezarlo más adelante. Leeré de nuevo los cuentos que más me han gustado y haré una segunda reseña más al detalle de los cuentos que me han parecido mejores.

En la introducción de Gandolfo se nos dice que en este volumen estan siete de los mejores cuentos de la literatura argentina. Estas cosas no me gustan. Hay muchos argentinos en Argentina, y cuentistas mejor ni hablar. Ni me cae bien esa afirmación ni la otra que hace en el mismo párrafo, la que los de Alfaguara han puesto en la contraportada: esta es una antología de media docenas de autores muy distintos que tienen un sólo nombre de marca: Fogwill. En ningún momento he tenido la sensación de estar leyendo autores distintos. Fogwill tiene estilo, temas recurridos: se lo reconoce.

A partir de estos cuentos completos -se agradece que no los hayan cercenado- voy a tratar de explicar qué va a encontrarse el lector que abra este libro. Por cierto, este libro pertenece a la colección que Alfaguara viene realizando desde hace algunos meses, de bella presentación en formato bastante grande, edición rústica, y siempre introducido. Y, entre otros, se han recopilado los cuentos de Faulkner, Nabokov, Fitzgerald, Cortázar y Onetti.

Lo primero que podría decir es que Fogwill debía de ver la literatura de forma bastante aventurera. Y no lo estoy comparando con quien escribe historias de aventuras. Quiero decir que Fogwill se aventuraba, zarpaba hacia ciertos límites literarios que sobrepasaba con facilidad, a veces llegaba a zonas metaliterarias en las que se quedaba y otras aún estiraba más las posibilidades estéticas: "(...) y sin mirarme tomó un sorbito de aquella mezcla de Coca-Cola y Chianti que estuvo preparando en la página anterior, pero que yo, con esta prisa por escribirla, había olvidado registrar (...); de Muchacha Punk".

Lo que no quiero decir es que Fogwill fuera un autor conceptual, eso no. Ni conceptual casi siempre ni sobre todo conceptual. Fogwill tenía cosas que contar y, además, las contaba al detalle. También en eso se aventuraba. Por eso hay cuentos de cincuenta páginas. He leído novelas más cortas. Y es que en Fogwill se describen las vivencias de los personajes hasta meter al lector en sus pellejos, me refiero a vivencias que son subjetivas: Fogwill nos hace vivir experiencias que son muchas veces extraordinarias y otras que no podríamos imaginar de no haberlas escrito él: "Aquella idea se había intercalado en mi voluntad y ahora, que escribo procurando describirla, descubro que he conocido a mucha gente a quienes, durante toda la vida, les sucede lo mismo en casi todas las cosas. Veía mi mano: ¿podría moverla? Sentía que podía moverla, verificaba que podía moverla y me quedaba en ese puro regodeo manual sin decidir moverla. ¡Qué droga de mierda! -pensé, y me arrepentí de haber malgastado la noche con ese jarabe. No podía calcular cuánto duraría su efecto"; de Help A Él.

Porque debió de ser un tipo aventurado este Fogwill. También así lo indica su prosa. Es bella y sofisticada: "Con semanas y más semanas de marcha carneando vaca y asando y comiendo carne de vaca las más de las veces, y cuando no, charqui y carne de cordero o de vaca en conserva de grasa con pimiento, ver asarse a los chanchos y saborear una carne que no fuera de oveja o vaca fue para la gente una fiesta como cuando al cabo de meses de comer nada más que ázimo y pescado hervido, un tripulante de la flota de mar llega con plata dulce a la primera posada del puerto y ve la mesa grande llena de pollo asado, cuadriles frescos y hojas verdes, manzanas y naranjas jugosas (...)", de Cantos De Marineros En Las Pampas. 

Su prosa es también arriegada y exigente: "Una noche despertó sobresaltado sin saber por qué y de inmediato se volvió a dormir. Entonces soñó que un amigo escritor le describía un cuadro, figuración de un paisaje que por efectos de la perspectiva y del tratamiento de la materia del color -el óleo- representaba la visión normal de una persona. Es decir, en cierta zona de la imagen los detalles eran tan precisos como los de esos puntos donde el espectador fija la mirada, y, fuera de ese fragmento de la tela, las imágenes seguían siendo reales y precisas pero tenían la insustancialidad característica de las cosas que no entran en el foco de atención de los humanos"; de Lo Cristalino.

Sí es verdad que las historias son de temas diversos, pero yo indicaría tres como los más habituales: la navegación (a veces conducción, a veces la pampa sustituye al mar...), el peronismo,  y la ficción (literatura, sueño...). Podría añadir un cuarto y este sería la música pero, mire, no voy a hacerlo. No hace falta. Sus historias son seductoras sobre todo gracias a su estilo. Fogwill ha logrado que lo leyera despacito, siguiendo los pasos sin necesidad de llegar a un desenlace. He visto a Rulfo. Además su narrativa es la de un escritor inteligente, capaz de mirar al mundo y de interpretarlo con coherencia pese a inventarlo con descaro. He visto a Borges. Como él Fogwill respeta al lector, se atreve a mostrarle más, confía en su inteligencia.

5 comentarios:

  1. Interesante Fogwill, además últimamente estoy muy metida en el mundo de los cuentos-sueños. A ver si me agencio con uno aunque en mi mesilla ahora tengo 6 libros que voy intercalando.
    ¿Crees que se podría encontrar en bibliotecas? indagaré.

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  2. Hola, A-B-C. Supongo que podrás encontrar este libro fácilmente. ¿Seis libros empezados? Bueno, dado que el argentino escribe cuentos también podrás intercalar este: Fogwill es (fue) un narrador sobresaliente.

    Salud y buenos alimentos.

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  3. Hola Peri:

    Me alegro de que te hayan gustado estos cuentos, para mí este fue un gran libro.

    Ya he visto el comentario que dejaste en mi blog con Rey Rosa (dejé la entrada programada, estaba fuera sin internet). Imagino que puede gustarte Rey Rosa, Severina no es su mejor libro, pero puede que a ti te interese porque te toca de cerca.

    saludos

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  4. Yo tampoco he leído hasta ahora nada de Fogwill, pero los ejemplos que pones son más que alentadores para hacerse con esa edición de Alfaguara. Yo leí la compilación de Faulkner en esa misma colección de una sentada y fue un descubrimiento (Faulkner siempre es un descubrimiento)
    Tus críticas siempre útiles. Saludos

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  5. Pues nada, Ehrengard, busca a Fogwill, es grande, emociona de tan grande, tan fino.

    Gracias por el cumplido. Por cierto y volviendo a las críticas: vuelve, por favor, sacúdete la necesidad de ser justa y di lo que piensas o, simplemente, lo que las lecturas te sugieran. Si te place, claro.

    Un saludo de nuevo.

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Comentarios.