sábado, 28 de julio de 2012

Abre el ojo.

Francisco de Rojas Zorrilla, 1645.
Ediciones Castalia, 2005.
499 páginas -con Donde Hay Agravios No Hay Celos-.
Pvp; 13, 50 €.

(Olmedo Clásico, 2012.
2RC Teatro.
Corrala del Palacio
Domingo 29 de julio a las 23 horas)

He ido dejando pasar los días con las dos obras que conocía de este festival, las dos que mejor: LA CELESTINA y ABRE EL OJO. Se da la circunstancia, además, de que La Celestina es el libro con el que se abrió el blog en 2008, cuando yo era más yo y menos el librero, cuando tenía más personalidad y el de la tienda menos pereza, así que no voy a hacer más entradas sobre esta grandísima obra que -además- entiendo que es suficientemente conocida. Quizá la visión que por aquí se da de ella sea un tanto peculiar -que no original- y a alguien interese. Si así fuere pueden buscar FERNANDO DE ROJAS en la nube de Nombres Propios. Está el primero, por supuesto.

Abre El Ojo es comedia de Francisco de Rojas Zorrilla. La conozco bien porque el grupo aficionado de Olmedo -FRANCACHELAS- estuvo trabajando en ella y la ha sacado a escena en varias ocasiones. Se trata de una composición muy divertida que centra su atención en las disputas amoriles entre hombres y mujeres, en las que las engañifas y burlas de ellos y de ellas cobran una importancia especial pues se sitúan en el centro del enredo. Aunque hay dos protagonistas principales -doña Clara y don Clemente- en realidad todos los personajes se muestran interesados, incluso, los que parecen declarar un amor verdadero. Los malentendidos y las peleas están listos para servirse y la expresión Abre El Ojo hace referencia a la desconfianza que entre géneros -que universalizan- y que lleva a un desenlace que queda lejos de los acostumbrados en las comedias de capa y espada. Disparate absoluto, es una de esas obras que, como tantas veces digo, mal aguanta una lectura casera y, sin embargo, resulta a la hora de ponerse sobre las tablas. Es lo que dice la experiencia.

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