viernes, 14 de marzo de 2014

Nº 72



En la nueva novela de Fernando Aramburu (Premio Biblioteca Breve 2014 a pesar de lo horrible de su título) lo más granado de la poesía nacional se reúne en la tercera edición de las jornadas poéticas que se celebran en Moralilla del Pinar. Allí esperan dejarse llevar por su instinto nocturno y provocar los reajustes necesarios en su competitiva jerarquía de méritos literarios. Como las listas siempre me han parecido atractivas dejo, además del inicio de la narración, la lista de los poetas que acuden al encuentro con la que se abre la novela.


Título, Ávidas Pretensiones.
Autor, Fernando Aramburo, 2014.

416 páginas.
Pvp, 20 €.

El coche fúnebre entró en Morilla del Pinar por la única carretera del pueblo. Juanjo Changa, que lo conducía escuchando canciones mexicanas a todo volumen, redujo la velocidad por si se terciaba comprobar en el semblante de algún lugareño los efectos de su ocurrencia. La ranchera que sonaba en aquellos momentos coincidió con el tintineo campanil, pueblerino, chiquitito, de las nueve.

La plaza vacía bajo el sol generoso, clemente, de mayo. Aquí un galgo tendido a la sombra de una acacia. Allá un gato haciéndose unas abluciones linguales. Almas, ninguna, hasta que Changa se hizo notar añadiendo una coda de bocinazos a las rurales campanadas.

Salió a la puerta una vieja con delantal, vio el vehículo horrendo, se santiguó.

- Tranqui, abuela, que no vinimos por usted.

Evangelia González, la Nívea (ganadora del último premio Alambor), prefirió apearse.

- ¿Nos puede decir por dónde se va al convento de las espinosas?

La vieja, manos rojizas, boca hundida, señaló con una cabo del delantal hacia la prolongación de la carretera. 

- Pallá


Han nacido en mi rancho dos arbolitos. La ranchera apenas dejaba oír la voz de la vieja, trémula de luctuosas supersticiones. Su mirada octogenaria intentaba atravesar los vidrios polarizados.

- ¿Se ha muerto alguien?

Changa, con fingida extrañeza:

- ¿Pues?
- No, como vienen ustedes con el coche este.
- Sólo la muerte nos hace profundos.

La vieja no quiso más conversación ni más tratos.

- Ya sabéis ustedes, todo pallá.

Se acogió a su casa atravesando la guardapuerta de canutillos.

Si se viene de Madrid, que es donde residía la mayor parte de los inscritos, hay que dejar atrás Morilla del Pinar obra de kilómetro y medio. La cuesta discurre entre pinos y matorrales, con algún que otro calvero punteado de amapolas. En los troncos rascan las cigarras su concierto multitudinario. 

Al llegar a una curva, hay una desviación asfaltada que llega al convento. Una verja herrumbrosa de grandes dimensiones, siempre abierta, confirma al visitante que aquel es el camino adecuado. Y por si aún quedaran dudas, un cartel en el borde de la carretera se lo termina de asegurar: BIENVENIDOS AL CONVENTO DE LAS HERMANAS SIERVAS DE LAS SAGRADAS ESPINAS DE JESÚS.


RELACIÓN DE INSCRITOS EN LAS TERCERAS JORNADAS POÉTICAS DE MORILLA DEL PINAR.

Juanjo Changa
Evangelina González, La Nívea
Carlos (Charli) R. Garrido
Susana Valcárcel
Conchita Arroyo
Ernesto Contreras
José Manuel Agüero Lopetegui, Lope
Dámaso Carranza de Léon
Eugenio Lapuente
Andreu Viñals
Mateo Gil Salgado
Vanessa Rincón
Tadeo Balboa
Amalia Solórzano
César Sánchez Novás
Alberto Almandoz
Paco Valbuena
Felipín Cárdenas
Juan Luis Cabral
Julio Manuel Rentero
Richi Bisabarros
López Blanco
Martina Muro
Teodoro Sanz
Manolo Vélez
Alfonso Gomendio
El Hiedra
Fermín Ayala

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