viernes, 17 de junio de 2011

Una autobigrafía soterrada

Título, Una autobiografía soterrada.
Autor, Sergio Pitol, 2011.
Editorial, Anagrama, 2011.

140 páginas.
Pvp,14, 50 €

A propósito del último de los apuntes que colgué por aquí –CUENTOS DE VERDAD-, y en el que ya comentara que la de la posibilidad de realidad sin cuento es una preocupación que exponía a partir de las lecturas que estaba haciendo de Pitol y de Fogwill añado, ahora que voy a escribir sobre el mexicano, mi propia visión del asunto: Entiendo que la realidad no puede ser sin el cuento porque la realidad necesita ser contada. La conclusión a la que llego no sólo puede justificarse fácilmente sino que, además, se puede estirar en varios sentidos. Ahí lo dejo por si a alguien interesa polemizar sobre ello.

Como soy capaz de pensar varias cosas en un día (siempre y cuando no sean muy diferentes unas de otras) y últimamente me da por hacer públicas mis reflexiones hago lo propio con una última que, además, supongo que interesará porque tiene que ver, más directamente, con el blog, con su forma. Aunque ya me voy torciendo tengo la intención firme de acortar radicalmente mis reseñas hasta hacer de estas un empujón que anime a la lectura (o una bofetada en sentido contrario) antes que un pretendido (tantas veces sólo pretencioso) análisis de la obra que se reseñe. Por ejemplificar: estos dos párrafos que ya mi lector lleva leídos podrían explicar la impresión que me ha dejado una obra. Lo intento a partir del siguiente.


***

Sergio Pitol es mexicano de 1933 y es autor de cuento, de novela y de un estilo de ensayo que cultiva aliñándolo con personajes de ficción y que, evidentemente, no podría definirse como perteneciente a género alguno. Por ir adelantando digo que si algo ha logrado este ensayo que hoy reseño es que me interese por su obra anterior.

Por sí también ha sido interesante. Comienza ensayando sobre el cuento, lo que para él significa, cómo cabe definirlo y aporta opiniones de otros cuentistas reputados: valgan como representantes Antón Chéjov, Henry James y Julio Cortázar. Como para meter baza.

Enseguida el Pitol nos narra algo de su biografía, la parte fundamental en cuanto que trata su formación como escritor, y lo hace en tercera persona, como si de un cuento se tratara. Es decir, cuenta su vida y nos hace llegar la realidad de aquellos días que -preste atención, lector- son gracias a su expresión sobre papel, en un orden, en un sentido, reales.  Nombra a sus amigos de entonces, los que formaban su generación, nos narra su gran viaje a La Habana, no exento de accidentes, su estancia, ya prácticamente literaria, en lugares y tiempos que empaparon de vida su literatura, o al revés..., y al poco nos explica que, en cualquier caso, él fue un escritor  independiente por cuanto que pasó la mayor parte de su vida literaria fuera de su país, en Europa: fue editor y  traductor durante una etapa, y diplomático durante una segunda, y entre ambas escribió sus novelas EL TAÑIDO DE LA FLAUTA y JUEGOS FLORALES.

Pero lo fundamental es que nos deja ver el taller de creación: cómo idea: a partir de vivencias que, desde luego, han de cobrar su mayor sentido al ser recordadas, al ser contadas. Y, luego, su manera en enfocar las historias, de estructurarlas: alrededor de una oquedad o misterio que no se desvela. Confiesa la influencia que ha recibido de la novela policíaca, de películas como TO BE OR NOT TO BE, así como su labor de traductor de autores como Henry James.

Si algo no me ha gustado es la repetición de ideas que aparecen en los capítulos –siempre encabezados por una foto del autor, cuya imagen madura con lógica aplastante- una de las cuales es que todos los géneros caben en todos. Algo en lo que, según parece, se ha aplicado (el cuento, claro). Además algún consejo y una lista de escritores contemporáneos que, a su juicio, permanecerán y que, supongo, a usted como lector le interesa conocer. De propina una entrevista que le hace Carlos Monsiváis, uno de los suyos, por supuesto. Valoración: interesante, me ha dispuesto a leer, por lo menos, sus cuentos. Trataré de empezar por NOCTURNO DE BUJARA (o Vals de Mefisto).

4 comentarios:

  1. De todo lo dicho lo que más me ha convencido para anotarlo como futura lectura ha sido esto: "Por ir adelantando digo que si algo ha logrado este ensayo que hoy reseño es que me interese por su obra anterior." Ya supongo que parece un criterio de mierda pero es que a mi cuando me ocurre me pongo siempre muy contento y no veo porque no he de apropiarme del sentimiento ajeno.

    Saludos,

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  2. Bueno, pues nada, Carlos, me alegro de que una vez más hayas encontrado el grano que había entre la paja: estoy de acuerdo, creo que esa frase es un buen titular de la reseña. Es lo que quiero decir.

    En cualquier caso mis intenciones están claras, espero no tardar mucho en volver a hablar de Pitol.

    Un saludo, gracias por pasar.

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  3. No estoy de acuerdo con que la realidad necesita ser contada. A la realidad se la bufa si es contada o no. Otra cosa es la visión humana de la realidad, la humanización de las cosas. Entonces, puede.

    Respecto a lo de hacer crítica o estimular a la lectura (o a la no lectura) yo he de confesar que pocas veces me siento tan quiero y no puedo como cuando pretendo hacer crítica literaria. No es ninguna indirecta, simplemente es que veo muy complicado hacer crítica.

    También me siento reflejado en el comentario que ha hecho mi tocayo. Cuando me gusta un libro, me leo la biografía del autor y buceo indagando sobre su obra. Y me lo apunto, claro.

    Más cosas. Qué buena es "To be or not to be". Pero qué buena es. Pero qué buenísima es. Pero que rematádamente buenísima es.

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  4. Hola, Impenitente. A ver qué te parece:

    No creo que a la realidad le bufe nada pues no hay tal realidad (pensé que en eso estábamos de acuerdo). La visión humana de la realidad tampoco existe, aunque haya tantos puntos en común entre la visión que el común de los mortales tiene que a eso (que es lo que hay)le llames visión humana. Más bien veo una visión en cada humano y veo, también, una fabulación, un recuerdo y, en definitiva, un cuento.

    Lo de la crítica está chupao: dices lo que piensas y ya está.

    A mi lo de conocer la biografía del autor antes que al autor no sé por qué me da repelús. Creo que lo veo como si me metiera donde no me importa y que ello me llevará a sacar conclusiones de la obra que no debo. Entiendo que también me perderé cosas importantes.

    Jo, qué buena TO BE OR NOT TO BE.

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Comentarios.