sábado, 31 de enero de 2015


Nº 83 

Pedro Luis de Gálvez (Málaga, 1882 - Madrid, 1940) fue poeta, un escritor sobrepasado por sí mismo cuya biografía enterró su obra. Fue una figura de la bohemia y, además, el personaje más extravagante y controvertido de cuantos la formaron.
Pero también muy interesante me parece el autor de este libro, Francisco Rivas (Cuenca, 1953 - Ronda, 2008), agente cultural y crítico literario, autor de la obra CÓMO ESCRIBIR DE PINTURA SIN QUE SE NOTE, fundador de la revista MARGEN y de los bares LA MALA FAMA y CUATRO ROSAS. Lo que voy a transcribir en esta ocasión es la nota preliminar que hace el editor -Juan Bonilla- y que sirve de introducción al texto. Así se me van relamiendo:

Francisco Rivas, años 90.
Edita Juan Bonilla.
Zut ediciones, 2014.

386 páginas.
22.50 €

Una tarde de hace ya unos años, poco después de que Quico Rivas muriese, hablando con el librero Manolo Gulliver de un encargo editorial que me habían hecho (escribir una biografía de Pedro Luis de Gálvez para una colección de andaluces ilustres), el librero me confirmó que él tenía en algún sitio una copia del libro al que Quico Rivas dedicó buena parte de su vida y de cuya publicación inminente avisó en repetidas ocasiones: una quest sobre Pedro Luis de Gálvez. Gulliver me dijo que seguramente algunos de los datos que Rivas había recopilado podrían servirme para satisfacer ese encargo. Obviamente mostré interés de inmediato y acompañé al librero en una excursión por el sótano de su librería en pos de una bolsa amarilla donde recordaba haberlo metido. La bolsa acabó apareciendo, era roja y no amarilla, pero eso daba igual: dentro estaba el mecanoscrito del libro que ahora publicamos. En una carpeta marrón había dos versiones del trabajo sobre Gálvez: la primera de ellas, mucho más corta, parecía apenas un esqueleto de la obra y se correspondía con lo que EL CANTO DE LA TRIPULACIÓN debería haber publicado en su espectacular número dedicado a Ramón Gómez de la Serna en junio de 1993 (a pesar de que el propio Rivas lo cita en una copia de su libro, en ese número sólo va el anuncio del libro sobre Gálvez, lo que se reproduce es el retrato que le dedicó Gómez de la Serna); la segunda es la que hemos utilizado para hacer esta edición. Los títulos variaban un poco: la primera de las versiones tenía el largo título de REIVINDICACIÓN DE DON PEDRO LUIS DE GÁLVEZ A TRAVÉS DE SUS SABLAZOS, DE SUS ÚLCERAS, DE SUS CALAMIDADES, DE SUS ESTAFAS, DE SUS BRONCAS, DE SUS REVOLUCIONES; la segunda, el título con el que el propio Rivas lo daba por publicado en su prólogo a las poesías de Pedro Luis de Gálvez.

En ese prólogo -NEGRO Y AZUL (La Veleta, 1996)- Quico Rivas envía al lector interesado en la estrafalaria figura de Pedro Luis de Gálvez a su biografía REIVINDICACIÓN DE DON PEDRO LUIS DE GÁLVEZ A TRAVÉS DE SUS ÚLCERAS, SABLES Y SONETOS, publicada según las notas de ese prólogo, en la colección LOS LIBROS DEL CUERVO por las ediciones de las revistas EL EUROPEO y EL CANTO DE LA TRIPULACIÓN en 1996. Pero el libro no apareció nunca. Hasta hoy. En 1998, al entrevistar para ABC al pintor Dis Berlín, Rivas se presenta como un ex bohemio autor de una monumental biografía inédita de Gálvez "próxima a aparecer". Parece ser que después del cierre de la colección en la que en principio iba a salir, Rivas le ofreció su libro a Andrés Trapiello para que lo publicara en la colección de prosas de LA VELETA. El libro nunca llegó a manos del editor. Siempre que estaba a punto de cerrarlo, siempre que necesitaba encerrarse para hacer últimas correcciones y sobre todo escribir el último capítulo, Rivas desistía, se convencía de que no valía la pena y acababa por incumplir su promesa de entregarlo. Sé por José García-Alix que Rivas llegó a llevar el tocho con su mecanoscrito a la oficina de EL EUROPEO, y que estuvo en la mesa del editor una mañana entera mientras autor y editor hablaban, el autor se comprometía a hacer todavía unos cuantos cambios, el Editor le decía que vale, pero ya sobre las pruebas de imprenta, acordaron fecha de publicación y cuando el autor acompañado de Carlos García-Alix se marchaba de la oficina sorprendió al editor arrojándose sobre su mecanoscrito y recuperándolo "Te lo traigo en unos días", dijo. No volvió a llevarlo.

Así que el libro de Quico Rivas sobre Gálvez no llegó a imprenta por la sencilla razón de que el autor no lo dió por terminado nunca. Ello se nota particularmente al final del texto: un asunto que había preocupado e interesado tanto a Rivas como las tareas de Gálvez durante la guerra civil, la leyenda de que era un criminal que se paseaba a sus anchas por el Madrid rojo, no queda aquí tan desarrollado como los otros episodios legendarios que componen la vida del poeta malagueño. Preguntado a quienes le conocieron, todos se muestran de acuerdo en que la publicación y el éxito de la novela LAS MÁSCARAS DEL HÉROE de Juan Manuel de Prada en 1996, el mismo año en que pensaba publicar si quest, le arrebató las ganas de encerrarse a terminar su libro, a pesar de que la obra de Prada es claramente una novela en la que el autor se toma las licencias que cree necesarias para no respetar la biografía de Gálvez, para deformarla a su antojo.

Rivas comenzó su quest, según él mismo cuenta (pues una de las costumbres de la quest es precisamente narrarse a sí misma, detallarnos cómo, por qué, dónde nació el ansia de una búsqueda), después de que la revista de Aberto García-Alix, EL CANTO DE LA TRIPULACIÓN, mostrara su interés por el proyecto. Rivas llegó a Gálvez como a tantos otros personajes de la época: en un afán, compartido con Juan Manuel Bonet, a quien conocía y trataba desde la adolescencia, por asomarse a los raros poetas de la vanguardia española, descubiertos en EL ULTRAÍSMO de Gloria Videla, que Bonet descubrió en la librería AL-ANDALUS de Sevilla y que leyó de una sentada en el Parque de María Luisa en una tarde de 1969. De todas maneras Videla tampoco habla tanto de Gálvez, y, según recuerda Bonet, el verdadero trampolín para dar el salto hacia la figura del poeta de NEGRO Y AZUL, debieron encontrarlo al descubrir, ya en los setenta, los retraros de Ramón. Bonet ya carburaba, junto a Rivas, hacer un estudio de las vanguardias de España, y fija en aquella época el primer latido de su luego inesquivable DICCIONARIO DE LAS VANGUARDIAS EN ESPAÑA.

El libro de Quico Rivas se dio por desaparecido después de un incendio que se llevó por delante buena parte de su biblioteca. En mi breve relación con él por email, interesado como estaba en un personaje que yo había publicado sobre los años dorados de la Costa del Sol- le pregunté por su famoso libro sobre Gálvez, y su respuesta fue: "lo perdí en el incendio de mis cosas, quedará como uno de esos libros que pudieron ser pero no fueron, como el SALAMANCA CUARTEL de Foxá". No sé si algún día -no creo, no parece que quedara nada con lo que recomponerlo- alguien podrá erigir esa novela de Foxá, pero Rivas se equivocaba en lo de que su libro quedaría como uno de esos títulos que pudieron ser y no fueron gracias a que, después de que le arrebatara el mecanoscrito al editor de EL EUROPEO la misma mañana que se lo entregó, Carlos García-Alix le hizo entrar en una copistería y hacer una copia que se llevó, y que luego prestó a Gulliver y es la que encontramos en el sótano de la librería de éste y la que hemos utilizado para esta edición.

Una vez enfrentado al texto de Rivas decidí de inmediato que más que escribir una biografía de Pedro Luis de Gálvez había que publicar el legendario libro de Rivas. Para ello tuvimos que picar el mecanoscrito de Rivas e intervenirlo sólo allí donde se deslizaran despistes muy evidentes -en un momento dado considera a Rubén Darío "poeta guatamalteco"- o donde se repitieran citas extensas.

Agradecemos a Manolo Domínguez "Gulliver", a Carlos García-Alix, a la heredera de Francisco Rivas, a Juan Manuel Bonet, a Andrés Trapiello, a Abel Feu y a Alfredo Traján, director del Instituto Municipal del Libro de Málaga, su ayuda y colaboración para, por fin, llevar a imprenta la quest for Gálvez de Quico Rivas.




2 comentarios:

  1. Supe, por primera vez de este ínclito personaje, a través de otro no menos ínclito: Juan Manuel de Prada. Hay que reconocer que su libro "Las máscaras del héroe" es un gran retrato de la España cainita, rufianesca, bohemia y vanguardista. La figura de Pedro Luis de Gálvez, recorriendo con el cadáver de su hijo los antros de Madrid, pidiendo dinero para enterrarlo que después gastaba en otros menesteres, es simplemente magistral. Pero hay por ahí otro de aquella época mucho mejor: Alejandro Sawa, que fue quien inspiró a Valle-Inclán en sus "Luces de bohemia" y no Pedro Luis de Gálvez, que era principalmente un sablista, bohemio, pero sablista.

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  2. Es cierto, José Carlos: el personaje es Alejandro Sawa, y no Gálvez. No sé en qué momento empecé a confundir a uno con el otro. Yo buscaba a Sawa originalmente pero se ve que por el camino perdí el nombre. En fin, gracias por la aclaración. Yo también leí la novela de De Prada, hace bastantes años y, la verdad, me impactó mucho.
    Como corregiré la entrada dejo aquí constancia de que en la original adjudicaba a Pedro Luis de Gálvez la entidad de personaje inspirador del Max Estrella de Valle-Inclán.
    Por cierto, José Carlos: te debo un número de teléfono que de momento no encuentro. Y, por supuesto, aún he de buscar a Sawa y, preferiblemente, encontrarlo.

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