viernes, 5 de marzo de 2010

AUTOBIOGRAFÍA X

ATARDECER EN EL DESIERTO, de Rosa Pilar Abelló.

Desperté como otras veces y se distinguió aquel del resto de despertares que venían componiendo sucesión, moldeando mi tierna vida de forma ridícula, en que fui consciente de lo que podría ser un destino cruel, un sino que nedie puede merecer: como si yo consistiera en estar dormido para despertar un rato, y como si la vida me empujara intencionadamente al sueño, como si no mereciera nada de lo palpable. Desperté y estaba solo y el aire era áspero. Me dolía. Estaba cansado y el aire era viento y a lo lejos pude ver un gigantesco lienzo que se retorcía, que trataba de elevarse, que pesaba demasiado. Me sentí libre y miré hacia adelante: allá adonde no alcanzaba mi vista a reconocer las cosas era el horizonte. Pero Norte y Sur también tenían su propio horizonte.

Me dije que qué hacer y me pregunté que si caminar, que si volar, que tanto daba. Podía hacer lo que quisiera. Podía hacer o hacer como que hacía. A quién le importaba. De todas las cosas que me habían pasado... en fin... en ese momento a penas recordaba alguna. Respiré cierta tranquilidad, sabedor de que aquellas horas del pueblo raro habían terminado. Pero pensé que, efectivamente, necesitaba un reflejo de mi, que necesitaba encontrarme, que era eso lo que iba buscando desde el principio. Y miré a todos los sitios y pedí uno por el que empezar.

2 comentarios:

  1. "Podía hacer o hacer como que hacía"

    ¿Quien no ha hecho como que hacía alguna vez? demasiadas incluso... Genial.

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  2. "como si yo consistiera en estar dormido para despertar un rato, y como si la vida me empujara intencionadamente al sueño, como si no mereciera nada de lo palpable"

    Maravillosa y estremecedora sucesión de palabras. Sentirse más merecedor de los sueños que de las realidades es una de las mayores equivocaciones del ser humano. Quizá la más angustiosa pero quizá también la más necesaria.

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Comentarios.