viernes, 16 de diciembre de 2011

La pista de hielo

Roberto Bolaño, 1993.
Anagrama, 2009.

208 páginas / 16 €.

Lectura ligera esta que acabo de terminar y que comencé a la que cerraba el libro NADA, que terminaba con Andrea saliendo de Barcelona. LA PISTA DE HIELO es una novela escrita a tres voces. Una de ellas pertenece a Gaspar Heredia, quien  va a parar a Z -ciudad en la que se desarrolla la trama- desde Barcelona, de donde huye. Pero véase qué barcelonas tan diferentes son las de 1940 y la de 1990, qué huidas tan diferentes las de Andrea al final de su historia y la de Gaspar Heredia al principio de la suya.

Hay tres versiones no contradictorias de unos hechos que convergen en el argumento. Bolaño no sólo renuncia a contar los hechos objetivamente sino que saca partido a las perspectivas desde las que ciertos acontecimientos -como se verá- extraños fueron vividos. Esta propuesta polifónica es marca de la casa y ya habíamos dado cuenta de ella en ESTRELLA DISTANTE y LOS DETECTIVES SALVAJES, obras claramente superiores. Concretamente la primera de ellas, la del infame poeta-aviador Carlos Weider (personaje proveniente a su vez de la obra LA LITERATURA NAZI EN AMÉRICA), está construida con una sutileza tal que uno puede sentir el vértigo que produce los cambios de narrador. En Los Detectives ya esa sutileza desaparece para explotar el recurso coral al máximo, y entre el primer y último capítulo se desarrolla el grueso de la novela a la manera de la presente, sólo que en vez de leer los hechos según tres personajes que intervienen repetidamente y de forma sistemática el lector accede a la versión de quince o veinte voces distintas que, además, se  contradicen en muchas ocasiones y, digamos, intervienen de manera más desordenada y natural. En realidad lo que ocurre es que la presente es una obra de iniciación: es la primera novela de Bolaño, por eso aquí encontramos a sus poetas, sus investigaciones detectivescas y su prosa ágil y original de cuentista nato. Encontramos todo lo que Bolaño sería pero aún no era.

Entiendo, por tanto, que para el lector que ya conoce buena parte de la obra del chileno esta novela es prescindible, pues le ha de resultar repetitiva. Sin embargo yo la propondría como una buena obra para acercarse a Bolaño siempre y cuando, esto sí, se tenga en cuenta que da mucho más de sí. Sobre todo porque es de lectura muy ligera, de manera que casi sirve como calentamiento previo a la introducción seria en su universo. Insisto en que puede resultar un tanto decepcionante para quien ha leído sus obras sobresalientes pero nótese que ando lejos de decir que es una mala novela.

Pero yo quería hablar, claro, del argumento, y ya habíamos empezado a hacerlo: el mexicano Gaspar Heredia llega a Z huyendo de Barcelona. Allí será contratado por Remo Morán como vigilante nocturno del camping del que este es propietario. Este chileno formaba en la adolescencia y junto con el propio Gasparín -así se le conocía entonces según nos dice Morán-  un grupo de poetas en México, que ahora parece estar reuniéndose de nuevo en torno al camping. Con estos dos personajes -que de alguna manera se fusionan y confunden con los de Belano y Lima de otros libros, aunque no pueden identificarse entre sí- ya tiene el lector dos perspectivas de la historia. La tercera voz es la de Enric Rosquelles, técnico del área de servicios sociales del ayuntamiento de Z, que es el implicado más directo en el caso del asesinato del Palacio Bevingut, a lo que estamos.

Enric Rosquelles conoce a una patinadora, Nuria, que ha perdido sus patrocinadores y ha sido apartada del equipo nacional, sin capacidad de vuelta dada la falta de medios para entrenar que desde ese momento sufre. Gracias a la confianza y libertad con la que cuenta desde los principales ámbitos del Ayuntamiento Enric, enamorado de la chica hasta la médula, consigue construir en el antiguo palacio abandonado una pista de hielo - aunque ilegalmente- sobre la que ella pueda entrenar. Lo cierto es que la imagen del tipo reproduciendo LA DANZA DEL FUEGO en el radiocassette cada tarde en la sesión de entrenamiento que voluntariosa e inocentemente vigila es bastante romántica. Pero Bolaño construye un contexto un tanto oscuro y destartalado que protege una visión pesimista a la que el tono de los personajes declarantes invita desde el principio, tanto en el legendario edificio antiguo como en el camping Stella Maris. Entre ambos lugares se desarrolla la mayor parte de la acción, y en ellos se desenvuelven los personajes. Sobre la pista de hielo del palacio Bevingut aparece una mañana el cadáver de una persona asesinada.



1 comentario:

  1. Hola Peri:

    Cuando yo era ya un fan de Bolaño, y estaba Anagrama sacando sus nuevos libros, pero aún Bolaño no era tan famoso como iba a ser, esta novela no estaba en Anagrama. Sólo se podía encontrar en la edición de la universidad de Alcalá de Henares de 1993, porque Bolaño ganó allí, en Alcalá, un premio de narrativa con ella.
    Este libro estaba en la biblioteca de Móstoles y yo lo leí unos cuantos años antes de que lo editara Anagrama. Después, pero antes de la gran fama de Bolaño, conseguí encontrar el libro por internet en una librería de no recuerdo donde (Asturias o País Vasco) y comprarla por un premio asequible, 12 euros más gastos de envío.
    Este libro de 1993 y de la editorial Fundación colegio del Rey, junto con Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, de la editorial Anthropos, editado en 1984, más la primera edición de Estrella distante en 1996 son las joyas de mi biblioteca.

    saludos

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